Fuente: EXPANSIÓN
En México, aunque las compañías ya se han transformado, sólo el 37% de las empresas ofrecen servicios digitales como parte de su plan de negocios.
Antes de que iniciara la emergencia sanitaria, la modernización al interior de las empresas era un asunto que los líderes tenían contemplado.
Tras la contingencia, este tema se convirtió en un problema para los negocios, además de que este proceso será fundamental en la capacidad de crecimiento y eficiencia en los siguientes años.
Tan sólo en México, según datos de la consultora KPMG, las compañías adelantaron su transformación digital en un 80% debido a la COVID-19.
Tras la emergencia, las empresas lo están viendo como un requisito crítico para la competencia, comenta Juan Francisco Jiménez, socio consultor de la firma Bain & Company.
De acuerdo con el especialista, antes de la pandemia las compañías se habían dado cuenta que la tecnología generaba ventajas competitivas.
Esas empresas vivieron de primera mano lo que significaba no tener un modelo digital, es decir, no poder ejecutar operaciones remotas o incluso mantenerse comunicadas.
Cifras de IDC Latin America IT Investment Trends 2020 revelan que el 63% de las empresas en México ofrecen servicios digitales debido a las exigencias de los clientes y la competitividad del mercado.
No obstante, sólo el 37% de las empresas en México ofrecen servicios digitales como parte de su propio plan de negocios.
Al respecto, Alejandro Yáñez, socio de la misma firma, comenta en entrevista que la modernización representa un habilitador estratégico para alcanzar las capacidades dentro de las empresas.
Aunque resalta que esta se debe llevar a cabo acompañada de un cambio de mentalidad en el equipo, pues las prioridades se modificaron.
A raíz de la pandemia, las prioridades de nuevas inversiones en tecnología cambiaron radicalmente.
Ahora la número uno es generar confianza con los clientes y, en segundo lugar, desarrollar un modelo de trabajo dinámico, mientras que antes estas posiciones eran ocupadas por la reducción de costos.
En este sentido, Jiménez profundiza que actualmente y tras los aprendizajes que dejó un año de pandemia, entre los líderes empresariales de diferentes sectores se extendió una visión generalizada.
De que deberán invertir más en estos asuntos durante los próximos años, pues la digitalización será necesaria.
Por otra parte, Yáñez resalta que la ruta a seguir en un proceso de transformación digital tiene cinco etapas.
Alinear la estrategia de negocios con las necesidades de nuevas tecnologías.
Evaluar su impacto en el desempeño de toda la organización.
Priorizar las necesidades y objetivos.
Seleccionar las opciones indicadas.
Incorporar nuevas formas de trabajo, talento e infraestructura que permitan resolver las demandas del negocio.
Es importante al realizar una migración de esta naturaleza las empresas.
No reproduzcan los procesos que hoy tienen, sino que aprovechen para cuestionarlos y provocar las transformaciones dentro de la organización.
Sobre el avance de la disrupción digital en los diferentes sectores empresariales, los especialistas destacan que esta dependerá del grado de competencia que haya en ella.
Un buen ejemplo de esa contienda se dio en el retail, cuyo crecimiento en México fue tan relevante que la transformación se tornó en un asunto crítico.
La visión del futuro dentro de las industrias también será vital, pues la evolución que suscitó la pandemia no será momentánea, concluyen los expertos.
Esta se mantendrá y las empresas que la ejecuten no sólo serán las que cuenten con el músculo financiero, sino también las que logren costear la transformación a través de mejoras a su negocio.
